En marzo del 2007, Luis Castro decidió abandonar su natal Ciudad Mier, Tamaulipas, en busca de un mejor futuro.
"El motivo por el cual yo emigré fue la violencia tan fuerte que se vive en la frontera”, dijo.
Estaba agobiado por la violencia resultado de las disputas por el control del territorio entre distintos cárteles.
“Como vivir en un temor constante”, dijo. “O sea de ¿qué me va a pasar? ¿Qué sigue? ¿Qué no sigue? Lo podías ver, y los nervios. Es imposible vivir de esa manera.
Armado de valor y con la esperanza de encontrar mejores oportunidades, Castro cruzó la frontera ilegalmente, atravesando el monte por el área de Falfurrias.
“Cuando la gente corre por la vida, no importa”, dijo. “Es correr, golpearte, espinarte, de todo para poder salvarte”.
Fue una decisión que le pudo haber costado la vida.
“Sí se sufre mucho”, dijo. “Te quedaba el frio, aquí, en la nariz, las gotas del hielo. Te pones morado, al grado. Para mí, en mi caso, fue al grado de la hipotermia. Sí, porque yo pedí ayuda para que me pudieran rescatar”.
Para su fortuna, Castro fue rescatado por agentes de la Patrulla Fronteriza, y pudo reunirse con su ahora esposa con quien formó una familia.
“Fue bastante difícil y duro”, dijo. “Pero yo siempre digo que ‘Gracias con la ayuda de Dios, sabe dónde te pone y con quien estás, y es por eso que sales bien. Librado”.
Hoy en día, Castro es gerente de un restaurante de comida mexicana en Corpus Christi, donde se esmera por ser un ejemplo a seguir.
“Yo siempre he dicho que si no quieres trabajar, quédate donde estas, porque en este país te vas a poner a trabajar quieras o no”, dijo. “Y a seguir las reglas o no”.
Y con esa mentalidad resiliente, Castro ha podido salir adelante a pesar de las adversidades a las que se ha enfrentado en su búsqueda por un mejor futuro.
“No importa que hagas o que no hagas”, dijo. “Es el país donde todo se puede. Todo se puede hacer. Y todo lo puedes tener, pero tienes que trabajar”.
Luego de un proceso que ha durado alrededor de 10 años, Castro ya se encuentra en trámites para obtener su residencia y como dijo él, "lograr el sueño americano".