El doctor Nestor Praderio llegó como refugiado político a Seattle Washington al final del año 79, después de haber pasado casi cuatros años en un campo de concentración en Argentina.
Llegó acompañado por su esposa y única hija. Según me cuenta, lo primero que hicieron fue estudiar para aprender inglés y buscar empleo mientras trataba de revalidar sus licencias como médico cirujano.
“Yo no empecé de un día para otro a ser médico, empecé como nurses aid, trabajando en hospitales de veteranos",dijo Praderlo.
Luego de casi más de un año, el doctor y su familia se mudaron a Connecticut.Sus estudios continuaron y optó por sacar sus licencia para ejercer como psiquiatra geriátrico.
Además, tuvo la oportunidad de ser profesor en la universidad de Yale.
"Empezamos a crecer de esa forma, mi señora trabajando, mi hija yendo a la escuela", dijo Praderlo.
No fue hasta el año 1994, que el doctor Praderio llegó a Corpus Christi, motivado por su amor al mar y temperaturas más cálidas.
Pero también porque se le presentó la oportunidad de abrir un hospital de psiquiatría bajo el sistema hospitalario Christus Spohn.
"Me ofrecieron una propuesta que entre Memorial hospital y MHMR para que viniera y me trajera a dos doctores más y que abriéramos un hospital psiquiátrico y la acepté" él dijo.
Con el paso de los años, el doctor fundó “Face to Face”, una organización no lucrativa cuya misión es crear conciencia sobre el alzheimer y otras demencias relacionadas, proporcionando recursos y educación a través de conferencias, talleres y caminatas.
"Con eso pensé que íbamos a poder usar como vehículo para llegar a nuestra comunidad. Más que solamente hablar de medicina, hablar de lo que pasa con enfermedades”, dijo el doctor.
Ha sido debido a su continuo compromiso hacia la comunidad, que el doctor se ha ganado el reconocimiento y respeto de muchos.
Y ha sido un trabajo que no se ha dado sin sacrificios, pero que ha sido posible gracias al apoyo de su familia, su esposa, hija y nietos, quienes dice son su mayor tesoro.
Con una carrera de más de cuatro décadas, el doctor Praderio dice que no importa de donde viene uno, ya que con mucho esfuerzo y con las ganas de salir adelante, todo se puede.
