La pandemia del COVID-19 ha sido desvastadora para varios negocios, desde industrias nacionales hasta negocios locales.
Pero el negocio de restaurantes realmente ha sufrido demás.
La pandemia ha obligado al estado a imponer restricciones en los restaurantes, lo cual ha provocado el cierre definitivo de varios.
La orden emitida por el Gobernador Greg Abbott permite que los negocios operen al 75 por ciento del cupo máximo siempre y cuando no se presente un repunte de casos de COVID-19.
Ahora, si los casos de COVID-19 conforman el 15 por ciento o más de las hospitalizaciones de un condado, la capacidad debe ser reducida a un 50 por ciento.
Y la triste realidad, es que más del 60 por ciento de los cierres de restaurantes provocados por la pandemia son permanentes, esto según las encuestas.
Y si hablamos de nuestra área New York Joe's en Flour Bluff, por ejemplo, cerró sus puertas a principios del mes y Crescendo Café cerrará el primero de noviembre.
Y ese es precisamente el llamado efecto dominó, que cuando un restaurante cierra, provoca la pérdida de empleos para muchos.
“Cuando un restaurante no puede mantenerse aflote, no solo afecta donde consigue su comida favorita, también a una comunidad entera”, dijo Kathy Snapka, la presidenta de la asociación de restaurantes de la Zona Costera. “Estamos muy preocupados”.
Y aunque personas como Snapka están decepcionadas por los cierres de varios restaurantes, ella dice que los dueños se mantienen optimistas con la esperanza de una reapertura, una vez que se encuentre la vacuna para el COVID-19.