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Artesanos de Buenos Aires llevan su mercancía por línea para superar la pandemia

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Ysabel Franco Benegas vive en el barrio Mugica, o Villa 31, como se conocía antiguamente a esta zona carenciada, que, aunque está ubicada en pleno centro de Buenos Aires, siempre estuvo aislada.

Desde hace seis años provee empanadas, tartas y hamburguesas vegetarianas a locales de comida. Y también vende por su cuenta a vecinos y conocidos.

Su emprendimiento venía funcionando bien, pero en marzo las cosas cambiaron.

"Pareció la maldita pandemia, y ahí fue todo”, dijo. “Quedé ahí, tuve tres semanas sin vender una sola empanada y ahí me agarró. ¿Qué hago? Yo dependo de lo que yo vendo".

Hugo Bareiro es otro emprendedor gastronómico del barrio. Tiene 25 años y ya tiene su propio local.

"Hace cinco años que estamos acá trabajando en la chipa”, dijo Bareiro. “Acá estamos hace dos años, que vinimos acá en este local. anteriormente estábamos en el fondo".

Pero a él también lo afectó la pandemia.

"En realidad fue muy difícil porque nos estaba yendo muy bien acá”, dijo Bareiro. “Después vino la pandemia, bajó la venta".

Ante este párate, varios emprendedores y comerciantes del barrio se organizaron para poder seguir vendiendo sus productos por las redes sociales, coordinando las entregas puerta a puerta.

"Estábamos al principio cinco integrantes por ahí y de a poco fuimos sumando más. después, hicieron una página web ¿verdad? así para ofrecer así tipo vía online".

Con el apoyo de la Secretaría de Integración Social y Urbana de la ciudad de Buenos Aires decidieron crear una tienda online para ofrecer sus productos. Hoy ya son 11 los emprendedores y comerciantes que se sumaron, que dan trabajo a 28 familias.

“Salió bien”, dijo Franco Benegas. “Fue, no sé, un aliciente para para mí, principalmente porque no estaba vendiendo nada, nada, y salió muy bien. De ahí para la segunda semana ya fue subiendo los pedidos y demás y así arrancamos y eso a mí me salvó”.

Los emprendedores del barrio Carlos Mugica, o 31, como lo conocen muchos, ya tienen clientes en toda la ciudad de Buenos Aires gracias a esta plataforma a la que llamaron recoveco, en alusión a los pequeños pasillos tan típicos del lugar.

"Se inició con esa logística de poder vender, que los emprendedores no solamente tengan su venta acá en el barrio, sino que lo puedan distribuir en toda la ciudad”, dijo Freddy Escobar, otro miembro de Recoveco. “También Recoveco tiene como esa misión, así por decirlo, de integrar el barrio con la ciudad. Entonces también puedes romper un poco ese estigma de vender a la gente de afuera”.

Pero para hasta llegar a este punto primero hubo que trabajar con cada emprendedor para ayudarlo a darle forma a su proyecto.

“Que sepa de qué se trata”, dijo. “Por ejemplo, tener un logo, tener una identidad, armar costos, que no esté solamente haciendo las empanadas y que no tenga idea de cuánto está ganando por empanada, por ejemplo”.

Gracias a la nueva tienda online y a su plataforma, ahora todo el proceso se simplificó y un pequeño grupo se encarga de la parte operativa del proyecto.

“Ellos se encargan de los pedidos. nos pasan a nosotros”, dijo Bareiro. “Nosotros los preparamos todos. Pasa el fletero y los lleva".

Si bien al principio las ventas crecieron y llegaron a realizar tres entregas semanales, con el aumento de casos de coronavirus en la ciudad las ventas volvieron a caer.

“Y hoy estamos repuntando de vuelta con la página y volvimos a esa cantidad de demanda que teníamos al principio”.

"O sea que la última entrega, por ejemplo, como para decir la entrega que hicimos el viernes para recoveco tuve que hacer 78 tartas en un día”, dijo Franco Benegas.

Con el correr de los dias, esta nueva tienda se va haciendo más conocida y eso redunda en nuevos pedidos.

“Y el recoveco ahora está aumentando más”, dijo. “De a poco va conociendo más, vamos agarrando más seguidores”.

"Si sube un poco más, estaría bárbaro, pero, así como vamos ya estoy, estoy conforme. estoy como arreglándome la situación”, dijo Franco Benegas. “No estoy muy apretada, digamos".