CORPUS CHRISTI, Texas — El anuncio del gobernador de Texas Greg Abbott que el 10 de marzo se pone el fin a las restricciones contra el COVID-19 ha generado preocupación en las autoridades de salud que dicen que la pandemia está lejos de haber terminado.
Pero Abbott dice es una decisión es necesaria para ayudar a que los negocios se recuperen económicamente.
"Esa noticia está mal porque ha visto todas las cosas que ha pasado que mucha gente ya de mi edad se muere, no tenemos las fuerzas para sobrevivir a esa enfermedad", dice David Villalpando, un residente local.
Para Villalpando la decisión de quitar el uso obligatorio de las mascarillas le causa temor ya que es por ser de la tercera edad se siente más vulnerable, y dice que vivió el peligro del virus muy de cerca ya que varios de sus familiares se enfermaron.
Pero los que se alegran con la noticia son los bares ya que han sido uno de los sectores que han sufrido más los impactos de estas restricciones.
Brandon Harper, dueño de Nueces Brewing Co., dice que el gobierno nunca debió intervenir imponiendo reglas de límite de capacidad.
"Sentimos que van a haber clientes que se van a emocionar de regresar y van a llenar el lugar", dijo Harper. "Los negocios tienen el derecho de tomar sus propias decisiones". Harper agrega que muchas de las personas que llegan al bar deciden usar las mascarillas voluntariamente, así que no le preocupa que eso sea un factor que propague contagios en su negocio.
"Los negocios han sufrido mucho y es bueno que les dejen abrir al 100 por ciento", dijo el cliente John Lang. Expertos de salud como el doctor Fergie, del hospital infantil Driscoll, advierten que continuar usando el tapabocas es de suma importancia para detener la propagación del virus. La pandemia se ha cobrado la vida de 42,000 personas.
Y mientras la controversia continúa, para residentes como Villapando el uso del tapabocas debe ser un acto de solidaridad.