Tan pronto lleguen las vacunas, los trabajadores esenciales como los del campo médico serán los primeros en recibirlas.
Pero, otro grupo de personas que se expone diariamente a un posible contagio son los profesores. ¿Deberían ser también ellos los primeros en recibir la vacuna?
El virus del COVID-19 se continúa propagando en las escuelas, y como consecuencia, las clases presenciales se siguen cancelando.
Líderes de distritos escolares han hecho un llamado a que se proteja a los profesores con la vacuna cuando esta sea distribuida. Nancy Vera, presidenta de la Federación Americana de Maestros de Corpus Christi dice estar de acuerdo que reciban la vacuna ya que diariamente muchos maestros están expuestos a más de 100 estudiantes por día en las clases, y no se sienten seguros al momento de enseñar.
"Es muy duro ir a la escuela todos los días”, dijo. “Ya sabemos que las maestras han sufrido mucho al ir a la escuela y exponerse al virus. . . . yo creo que es mejor por el contacto que tenemos con tantas personas y creo que es mejor para la comunidad también."
Vera dice que también los maestros se exponen a un contagio al tener juntas cara a cara con los padres de familia por eso le parece necesario estar prevenidos.
"Se sienten inseguros porque no saben cómo va a afectarles físicamente la vacuna, pero también estamos deseosos de prevenir este virus así es que yo personalmente sí la tomaría”, dijo.
Expertos de salud dicen que los niños no suelen ser tan vulnerables al virus pero que pueden ser un foco de transmisión en la comunidad.
"Generalmente cuando vemos casos aumentando en las escuelas es porque los casos están aumentando en la comunidad y generalmente es el adulto que le pasa la infección al niño", dijo el Dr. Jaime Fergie del hospital infantil Driscoll.
Una vacuna que parece ser vital para que las clases presenciales continúen.
"Tenemos que participar en las clases, padres deben saber que, si nosotros perdemos más lecciones como latinos o latinas nos vamos a atrasar", dijo Vera.
Expertos de salud han dicho que temen que después de las festividades los casos del COVID-19 aumenten, algo que podría continuar interrumpiendo el proceso de aprendizaje de los estudiantes.