CORPUS CHRISTI, Texas — Las últimas semanas han sido las mejores desde que comenzó la pandemia para el bar restaurante Executive Surf Club, ya que según su dueño Richard Lomax, cada vez reciben más clientes.
"Estamos empezando a ver que el turismo regresa, a los residentes se los nota más exuberantes y parecen sentirse más cómodos yendo a restaurantes, se siente casi como si volviéramos a la normalidad", dijo.
Y aunque dice estar de acuerdo con la decisión del gobernador Greg Abott de reabrir Texas, Lomax tomó la decisión de que por el momento solo estarán operando al 75 por ciento de capacidad y solo sus empleados deberán portar cubrebocas.
La medida se impondrá no solamente para ser precavidos, sino porque al momento no cuentan con el personal suficiente para atender a tanta gente.
Por otro lado, Monica Ellison, dueña de 20/20 Vintage, dice no estar muy contenta con la nueva orden del gobernador. Y es que ahora que el uso de cubrebocas no es obligatorio, ella dice que ha enfrentado más dificultad para que los clientes obedezcan sus reglas, creando en ocasiones un ambiente tóxico en el local.
"Estoy tratando de crear una interacción las personas que están entrando y tengo que dejar de hacer lo que estoy haciendo y decirles a estas personas que por favor usen una mascarilla. Sería bueno si pudieran ponérselo por su voluntad, pero sienten que tienen que decirme que no tienen que hacerlo y que no es una ley y que estoy infringiendo sus derechos", dijo Ellison.
Y mientras unos se benefician con las ganancias, y otros corren el riesgo de perder clientes al imponer reglas, ambos negocios concuerdan en que sus empleados deben utilizar tapabocas en todo momento para proteger su salud.
