Una victoria para estudiantes extranjeros en los Estados Unidos.
Esta tarde, una jueza federal en Massachusetts anunció que el gobierno de Donald Trump aceptó rescindir la regla que obligaba a estos estudiantes a asistir a clases presenciales para no ser deportados.
Aquellos que siguieran estudiando por línea, como medida de prevención de la pandemia de coronavirus, perderían sus visas y estarían sujetos a un proceso de deportación, a menos que se trasladaran a instituciones con clases presenciales.
“Lo que significa este acuerdo entre DHS, ICE y las universidades es que van a seguir permitiendo por lo menos en el semestre que comienza ahora en agosto, a que las universidades pueden ser flexibles en ofrecer clases para los estudiantes internacionales”, dijo María Pía Prebisch, una abogada que practica leyes migratorias.
La política, anunciada el pasado 6 de julio, hubiese afectado a miles de estudiantes extranjeros inscritos en universidades estadounidenses que, en medio de la pandemia del COVID-19, aún no han finalizado planes para las clases de otoño.