Hace tres años desde la muerte de Cameron Espinoza, un joven estudiante de la secundaria haas que murió tras sufrir una reacción alérgica al ser mordido por hormigas durante un juego de fútbol americano.
Anoche, familiares y amigos se reunieron en su tumba para orar por su memoria.
Desde su muerte, sus familiares han estado luchando para que los legisladores aprueben una ley que requiere que todas las escuelas públicas en Texas tengan a la mano inyecciones Epi-pens.
La mamá de Cameron dijo que su familia se reunirá cada año en su tumba para recordarlo.