Un estudiante y atleta de la preparatoria West Oso está saliendo adelante, a pesar de enfrentar varios retos personales.
Jonathan Lucio es un jovencito a quien la vida no siempre le ha sonreído.
Su papá ha estado en la cárcel varias veces, y su mamá -- quien tenía dos trabajos y no pasaba mucho tiempo en casa -- murió en un trágico accidente cuando Jonathan tenía solo 11 años.
Ahora, él, su hermano Robert y hermana Julissa viven con su abuela María Lazo.
Con ese amor y apoyo de su abuela, y su amor por el futbol americano, Jonathan tiene una perspectiva mucha más favorable.
“Él tenía mucha rabia por todo lo que sucedió”, dijo. “Estaba molesto con el mundo y con sus maestros. Ahora ha cambiado su actitud. Ya no se enoja, está más calmado y se comporta. Y le gusta tocar música”.
Sin duda, este ha sido un camino muy largo y difícil para Jonathan, pero su familia y maestros siempre le hacen saber que él puede salir adelante y lograr lo que se proponga ya que el cielo es el límite.