Con un bebé en camino y al inicio de la pandemia, el dueño de Shoreline Sandwich Company tuvo que tomar la decisión de cerrar sus dos establecimientos.
Esos cierres le costaron a Kristoffer Busk medio millón de dólares.
Por lo que rápidamente tuvo que pensar en un plan alternativo para generar ingresos.
¿La idea que se le ocurrió?
Crear platillos únicos de comida para llevar, distintos a los de cualquier otro restaurante.
"Platillos para llevar es sencillo, solo lo tienes que colocar adentro del microondas o en la estufa y ya todo está listo. solo lo cocina a su gusto y tiene una cena rica.>
Al parecer la idea resultó bastante lucrativa. Pues están vendiendo entre 60 y 200 platillos a la semana.
Algo que dice Busk ha sido una gran salvación financiera.